De tarde visitamos un Longton (una especie de Hutong pero con una estructura más de corredores), el barrio histórico y terminamos la noche en Xintiandi, una zona super fashion con un montón de boliches lleno de turistas (al punto que te olvidabas que estabas en la olorosa china jeje). Obviamente los precios de la zona no estaban a nuestro alcance por lo que nos compramos algo para picar en un 7 eleven y disfrutamos del ambiente sentados en un banquito, nada mal!
Al día siguiente, después de haber pateado mucho en nuestro productivo día anterior, nos lo tomamos más tranqui. Visitamos el Museo de Ciencia y Tecnología, un edificio que no me gustó nada, y el Centro de Artes Orientales, un edificio raro. Después hicimos algunas compras en un mercado (que a diferencia de los de Beijing era subterráneo) y tuvimos el mejor almuerzo de lo que va del viaje: tenedor libre en una parrillada de un brasilero. Por US$ 10 (nada caro para lo que estamos acostumbrados a pagar) comimos carne (mucha y de diferentes tipos) deliciosa, puré de papa, sopa licuada (como la de la abuela!!), pan de queso, ensalada rusa, flan y helado con DULCE DE LECHE. Todo estaba muy muy rico y nos rompimos la boca, al punto que no comimos nada hasta el día siguiente. Obviamente después de semejante almuerzo quedamos prontos para una siesta. Igual fuimos a cumplir con los últimos deberes y visitamos algunos edificios (si no me acuerdo mal uno era el más alto de china).
Para liquidar nuestra visita a Shanghai cuando nos estábamos volviendo al hotel con Gabi hicimos una parada estratégica en una especie de feria armada en la calle cerca del hotel para hacer las últimas compritas!
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