Después de tres noches en Viena salimos los cuatro (Nacho, mamá, papá y yo) en auto rumbo a Praga. Como era domingo la ruta estaba bastante más tranquila que cuando habíamos hecho el tramo Viena-Praga con los chiquilines y era bastante más apreciable el paisaje y los pueblitos por los que íbamos pasando. Llegamos y nos instalamos en el hotel que había reservado mamá con el asesoramiento de Javi. El tiempo ya no nos acompañaba como en Viena y estaba mucho más fresco y nos llovió en varios momentos. Esa noche paseamos un poco y cenamos en un bolichito bien checo de lo más pintoresco, con música en vivo: el dueño te atendía cuando entrabas, uno de los hijos era mozo y el otro tocaba el acordeón (al final dejo un video cortito).
Al día siguiente, después de un intento motivado por papá de ir en auto al centro que terminó con una multa por meternos en una peatonal (con todo salió barata la multa!), volvimos al hotel a dejar el auto y arrancamos en tram. Caminamos por la ciudad nueva, por la ciudad vieja y cruzamos caminando hasta el castillo. Con Nacho aprovechamos para hacerles todos los cuentos que nos hicieron en el tour (habíamos sacado apuntes!) y realmente es una ciudad muy interesante. En el castillo entramos a la catedral que es inmensa e impresionante, a los aposentos de los reyes (donde está la habitación donde se produjo la primer defenestración), a la calle de oro (donde vivían los alquimistas del rey), a una prisión para nobles (con los instrumentos usados en la época) y anduvimos por los jardines. Todo el lugar (que se supone es la fortaleza más grande del mundo) es impresionante pero sobre todo la ubicación y la vista de la ciudad (la foto en la que estoy con mamá más abajo está sacada desde el castillo). Después volvimos a la parte más vieja de la ciudad cruzando el puente Carlos que es el más antiguo de todos los que están sobre el Moldova y el único que sobrevivió a todas las inundación, incluida la de 2002 que fue una de las peores (hay una leyenda sobre que sus cimientos están hechos con huevos… mhhh).
Cuando nos fuimos de Praga de camión a Austria pero esta vez a Salzburgo hicimos dos paradas. Primero pasamos por un castillo que queda a unos 100 Km de Praga y está ubicado en un lugar muy lindo, metido entre valles y montañas. Después, en el poquito tiempo que pasamos por Alemania pasamos por la entrada a Múnich y paramos un ratito en el Allianza Arena, no llegamos a ver las luces de noche que cambian de color y dicen que son muy lindas pero estuvo bueno.
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