martes, 15 de diciembre de 2009

Dubrovnik

Arrancamos desde Makarska y para llegar a Dubrovnik (al sur de Croacia) es necesario pasar en “transito” por Bosnia Herzegovina (se puede evitar yendo por las islas pero los ferris no son baratos y además dependíamos mucho de sus horarios). No tuvimos ningún problema en la aduana, ni siquiera nos pararon (estamos convencidos que el nuevo look del portugués ayudo jeje). Es increíble pensar que ahora andamos por estas tierras como si nada cuando hace un poco más de una década hubiera sido impensable. Ver naciones que salen adelante después de semejantes conflictos armados da esperanza, pero no justifica en ninguna forma ese tipo de conflictos como la solución para nada.

Dubrovnik es una joyita, chiquita, castigada por la guerra, pero reconstruida y hermosa. El lugar donde está es privilegiado y todas sus callecitas, sus casitas blancas y los pisos de mármol le dan un toque muy especial. Se habla de la perla del Adriático por lo blanca, y realmente es una perla en un lugar alucinante, con un agua de un color espectacular. Recorrimos las callecitas y además caminamos todo por la muralla que la separa del agua y realmente valió la pena la breve visita a la ciudad! Antes de ir había bastante resistencia porque cansa bastante estar parando por tampoco tiempo en las ciudades pero desde mi punto de vista realmente valió la pena.

Después de andar por Dubrovnik todo el día, bastante fundidos por el cansancio y monetariamente, salió una opción barata para la cena: una pasta en la plaza al lado del parking. Armamos todo, en un momento pasó la policía y nos miró, pero aparentemente no parecíamos ser una amenaza así que no nos dijeron nada y terminamos nuestra cena tranquilos.

Después de la cena de lujo que nos mandamos, nos fuimos al puerto donde nos tomábamos el ferry hasta Bari en Italia para reincorporarnos al itinerario del grupo (Croacia no está incluido en el itinerario). El ferry era un desastre, el peor de todos los que hemos tomado, obviamente teníamos los pasajes más baratos y eso implicaba dormir en el piso en el deck... horrible, de lo peor del viaje.... pero bueno, sarna con gusto no pica. En el ferry festejamos el comienzo del cumple de Maite!!! Brindamos, charlamos un rato y después nos acostamos ya que al día siguiente nos esperaba un día largo de mucha ruta.

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