martes, 19 de mayo de 2009

Boston, salió el sol!!

La salida desde New York a Boston fue de lo más pintoresca. Cuando salimos del hostal lloviznaba y, paraguas de por medio, llegamos a chinatown desde donde salía nuestro ómnibus con un lindo diluvio (que ya nos tenían bastante acostumbrados en New York) pero por suerte solo teníamos que caminar un par de cuadras (con el muerto a cuestas… la valija). El viaje estuvo bien (con parada para comer algo incluida) pero por la lluvia el ómnibus puso cinco horas y media en vez de cuatro. Cuando llegamos a la terminal sur de Boston (Nacho, Gianni, Matías y yo, ya que Gabi y Cachi tuvieron que salir una hora más tarde) nos esperaban los que habían venido en otra compañía y arrancamos para el Motel 6 en el que habíamos reservado cuatro habitaciones que quedaba a unos 20 minutos del centro. El hotel era muy prolijo, al mejor estilo película con las entradas a las habitaciones que dan para la calle, pero el ambiente en los alrededores no estaba tan prolijo y había algunas pintas raras, además de que dos veces tuvimos una falsa alarma de incendio con bomberos incluidos.


Al día siguiente recorrimos desde temprano el centro de Boston (por una línea roja que se llama “Freedom trail” que te pasea por la ciudad y que nos fue muy útil al tener solo un día para visitarla) y por suerte, por primera vez desde que llegamos, nos acompañó el SOL todo el día. La parte “vieja” del centro de Boston es muy linda, edificios con mucha historia, bien explotada por el característico orgullo nacionalista de los estadounidenses, y edificios que intentan acompañar el estilo (algunos lográndolo mejor que otros). Si bien Boston tiene razones para ser un centro de “historia”, ya que es uno de los asentamientos más antiguos y jugó un rol clave en la independencia de los Estados de Unidos, muchas veces se vuelve un poco empalagoso. En cuanto a la gente, la diversidad no es tan marcada como en New York, y los barrios que recorrimos marcaban un nivel de vida más alto y menos variado. El promedio de edad es mucho más bajo que en Montevideo, y seguramente que en New York, lo que se explica por el cluster de universidades que existe en la zona (además de Harvard está el MIT y varias universidades más).


De tarde recorrimos Harvard y almorzamos ahí. El lugar es espectacular, una mezcla de edificios más antiguos, con otros muy modernos, que hacen del lugar algo muy inspirador. Después de dar algunas vueltas, y siguiendo la idea de Rodrigo de busca alguna clase de Koolhaas, dimos con el edificio de la escuela de diseño y arquitectura de Harvard. Dimos algunas vueltas por el edificio, vimos algunas entregas colgadas en el hall y llegamos al lugar del que disponen los estudiantes para trabajar en sus proyectos. Un espacio muy amplio, escalonado, en el que cada uno tiene su espacio integrado al resto, increíble. Algunos hablaron con unas estudiantes que estaban ahí que les explicaron que estaban en período de entrega y que en el auditorio se estaban presentando algunas y que podíamos ir a verlas. Terminamos escuchando la presentación y defensa de un proyecto final semestral de un par de estudiantes de Harvard y presenciando como los profesores se divertían con ellos, según los estudiantes de arquitectura uruguayos presentes (que eran unos 11) la modalidad de corrección y cómo los estudiantes eran “sobrados” con frases irónicas por los docentes es muy similar a la que predomina en la Facultad de Arquitectura de la UdelaR.


Después de la visita a Harvard, arrancamos de nuevo para el centro de Boston en subte. Caminamos un rato por ahí Nacho, Cachi, Gabi y yo, y rematamos la visita a Boston con un choque de trenes que alborotó la ciudad. De un momento a otro aparecieron bomberos, ambulancias y patrulleros por todos lados, un hombre que paso cerca nuestro nos dijo “the train station is a mess, they are pulling out bodies”… chan. Nos acercamos al lugar de los hechos, la estación de subte anterior a la que teníamos que ir para tomarnos el tren para volver al hotel, a averiguar qué había pasado y nos dijeron que habían chocado dos trenes de la green line (la nuestra era la red line) pero que no había muertos (sí 40 heridos). Concluimos que Boston era la ciudad de las sirenas, increíble. Siendo ya un poco más tarde de lo que habíamos planificado volver, porque las averiguaciones y el trabajo periodístico llevaron tiempo, nos tomamos la red line de vuelta al hotel. Cuando llegamos hicimos una parada en el super para comprar algunas cosas para la cena (Boston es una ciudad cara y en la cena había que ahorrar jeje).




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