domingo, 23 de agosto de 2009

Londres

De primera los ingleses me resultaron bastante menos educados de lo que los esperaba ya que el funcionario del cruce fronterizo fue el primer en tratarnos mal desde que empezamos el viaje. Pero después de un par de días en la capital inglesa esa primera impresión fue cambiando y es verdad que son muy “gentlemen”, muy “polite”. Otra cosa que pasó fue que me resultaron bastante ridículos en algunas cosas, sobre todo en lo que tiene que ver con la realeza y esas cosas, pero bueno cosas de la historia de un país (al final colgué un videíto).

Londres es una ciudad viva, y a la vez muy linda. Todo está lleno de gente, de gente joven (algo que contrasta bastante con lo que vemos en Montevideo) y de todos lados. Si bien esto último ya se va repitiendo en varias ciudades, sigue impresionando porque no estamos acostumbrados, cada vez estoy más convencida que Montevideo debe ser una de las ciudades más homogéneas del mundo.

A pesar de su inmensidad, Londres se hace muy acogedora para los visitantes temporales como nosotros. Una de las cosas que más me gustó fue la “cultura de espacio público” por ponerlo de alguna manera. En todos lados hay alguna plaza o un parque lleno de gente que realmente se dejan disfrutar (aunque un poquito más de sol no hubiera venido mal para aprovecharlos). Las plazas están llenas de gente todo el tiempo, no importa la hora, siempre hay alguien tirado disfrutando del aire libre o algún “artista” mostrando sus habilidades, sin duda esta gente se la pasa encerrada en invierno. Lo que más me gustó fueron los parques. Hay un montón y todos súper amplios y también con mucha gente disfrutando de ellos, pero sin sentirse el apretuje que muchas veces se da en las plazas. Al principio me impresionó un poco que los parques estuvieran cercados o que cerraran de noche pero en realidad tiene bastante sentido por dos cosas. Primero porque el cerco, en general compuesto de una reja y un cerco vivo, permiten que al meterte en el parque te olvides que estás en una ciudad y eso le da un respiro importantísimo. Segundo porque es una buena manera de que su cuidado y mantenimiento sea más fácil (algo siempre muy complicado en los bienes públicos, en el sentido de quienes los aprovechan y no estrictamente de su propietario).


Londres tiene una mescla interesante de edificios más antiguos (el Buckingham Palace, el Big Ben, la catedral de Saint Paul) y otras cosas más nuevas (el London Eye, el Millenium Bridge, la torre de Foster) que le da un toque muy interesante. Al menos desde mi punto de vista la composición que se logra está buena y que se disfruta mucho.




Otra cosa interesante es que además de tener esas cosas de ciudad grande (como edificios inmensos y un movimiento increíble) tiene barrios muy pintorescos y acogedores. Notting Hill es divino, obvio que recuerda a la película, con su feria, las casitas de colores, los puestos que venden ropa usada, muy divertido de recorrer. Chelsea con sus hiper fashion tiendas y casitas prolijitas también es muy pintoresco. El último día fuimos a Camden Town un barrio raro (la manera fácil de definirlo) donde se juntan los darks, los punks, los hippies… una mezcla rara. Más allá de algunos olores extraños seguimos en Londres y todo sigue siendo muy prolijo y limpito jeje.



El 15 de julio fue el estreno mundial de la última película de Harry Potter (Harry Potter and the half blood prince), así que habiendo pasado cinco días desde esa fecha decidimos hacer honor a la zaga inglesa e ir a verla en la capital. Fuimos con Rocío (que es toda una local ya que hace casi seis meses que estaba en Londres) después de haber caminado por Picadilly Circus, el Millenium Bridge y la catedral de Saint Paul y estuvo excelente porque las primeras escenas de la película son en esos lugares! Ir al cine, como vivir en general, no es barato en Londres pero realmente valió la pena.



En Londres nos esperaron varios encuentros. Rocío, la prima de Nacho, nos hizo de guía y nos ayudó a disfrutar un poco más de nuestros días en Londres. Un día nos encontramos con Mena, Ine y Uge (mis primas que vinieron un mes a Londres a estudiar) y paseamos por algunos de los puntos altos de la ciudad. El tiempo cada vez se empieza a notar más y se extraña más. Un día me desperté en el hostal y no sabía dónde estaba… llevó un rato y me acordé que estábamos en Londres… miré un poco y me acordé que estábamos en un hostal jeje, cosas del viaje. Al día siguiente en el desayuno (el hostal tenía un desayuno bastante básico pero que ayudaba a reducir el costo de vida londinense), vi a alguien que me parecía conocido y le digo a Nacho “mira, se parece al amigo de Marce, Guille”, ta y quedó por ahí. Y al rato se acerca y me dice “Cecilia!?”… era Guille jeje. Taaan loca no estoy quedando jeje.

Londres me encantó, sin duda una ciudad para volver y de la que nos quedó mucho pendiente. Igual podría haber hecho un poquito de calor y haber llovido un poquito menos (pero aparentemente es a lo que están acostumbrados los londinenses). Vivir en Londres es caro, a pesar de que dicen que justo ahora no está tan caro, el transporte es muy caro y comer no se queda atrás, ni hablemos de la pocilga en la que nos estábamos quedando que salía muy cara para lo mugrienta que era. Pese a esto siempre se encuentra algo. Los Pret son una especie de cafés que venden ensaladas y otras cosas para almorzar que tienen internet gratis y no son taaan caros así que supieron hacernos de hogar en varias oportunidades. Y, haciendo honor a mis genes, conocí Primark una especie de Zara no tan fashion pero con ropa muy linda y barata, sí, barata en Londres!!

Saliendo de Londres tuvimos un percance bastante grave pero que podría haber sido peor. Íbamos en los dos autos, en el que iba adelante con el GPS, manejaba Juan y yo iba con los Nachos en la Meriva atrás. Juan cerró a un camión y el camión terminó triturando dos de las puertas laterales. El auto andaba y por suerte no le pasó nada a nadie, pero las puertas quedaban inutilizadas y el auto no estaba habilitado para circular. La cosa se fue estirando y la llegada a Liverpool (pasando por Stonhenge), nuestro siguiente destino, se demoró… nos tomó 3 días cuando no nos debería haber llevado más de uno.









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