En el camino entre Brujas y Bruselas tuvimos nuestro primer pernocte en un “P”. Llegamos ya de noche, armamos el toldo porque estaba por llover, cocinamos y armamos las carpas contra un cerco cosa que quedaran medio escondidas. A la mañana siguiente nos acompañaban en la misma ubicación otras carpas de gente del viaje, nos bañamos en la estación de servicio y desayunamos. Al rato nos enteramos que en el P simétrico (el que quedaba del lado enfrente, cruzando la ruta) les habían robado a otros compañeros del viaje de adentro de la carpa (una recomendación para futuros viajeros: las cosas de valor van adentro del sobre de dormir!).
Yendo para Bruselas nos perdimos varias veces, y sí, se hace difícil viajar en dos autos. Después de perder varias horas ese día decidimos comprar un par de walkitalkies para comunicarnos mejor.
La visita a Bruselas fue corta. Arquitectónicamente hablando, la visita a Bruselas estuvo marcada por las obras de Horta y su Art Nouveau. Lamentablemente la mayoría de sus obras se pueden ver únicamente desde el exterior (pese a infructuosos intentos y pedidos para entrar) ya que no están armadas como para ser visitadas (lo que frustró a varios del grupo).
Después de una breve recorrida por estas obras nos dedicamos a caminar la ciudad. No tenía muchas expectativas sobre esta ciudad y tampoco estuvimos mucho tiempo como para emitir una opinión seria pero me gustó. Es una ciudad amplia, con un poco de todo, cosas más antiguas, cosas más nuevas. Pero lo que no me gustó mucho fue que parecía no tener demasiado movimiento por si misma, capaz fue que no le pegamos a los lugares que fuimos, pero las diferentes calles o estaban vacías o estaban llenas de turistas. En sí, no me gustó mucho la dinámica de la ciudad (al menos la que se puede ver en una tarde).
Después de una breve recorrida por estas obras nos dedicamos a caminar la ciudad. No tenía muchas expectativas sobre esta ciudad y tampoco estuvimos mucho tiempo como para emitir una opinión seria pero me gustó. Es una ciudad amplia, con un poco de todo, cosas más antiguas, cosas más nuevas. Pero lo que no me gustó mucho fue que parecía no tener demasiado movimiento por si misma, capaz fue que no le pegamos a los lugares que fuimos, pero las diferentes calles o estaban vacías o estaban llenas de turistas. En sí, no me gustó mucho la dinámica de la ciudad (al menos la que se puede ver en una tarde).
En la plaza más grande de la ciudad vieja nos encontramos con la camioneta de “las chicas” y Fede y nos fuimos a quedar al mismo camping donde estaban ellas. Era un camping muy chiquito en el que armamos una pequeña aldea Quechua (nuestras queridas carpas) e hicimos enojar a algún que otro vecino con nuestra ruidosa (pero muy tranquila) noche jeje.
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