lunes, 29 de junio de 2009

Osaka - Himeji - Kyoto

Desde Fukuoka nos fuimos para Osaka (a mitad de camino entre Tokyo y Fukuoka). El barrio donde estaban ubicados nuestros hoteles (nuevamente las mujeres en uno y los hombres en otros) no ayudó a nuestra percepción de la ciudad. La zona tenía todo lo que no habíamos visto aún en Japón: gente durmiendo en la calle, mucha mugre y pintas que daban bastante miedo. Nuevamente esta ciudad sirvió de base para visitar los alrededores (Japan Rail de por medio). Una aclaración, el hotel de Osaka no merece fotos como el anterior, más bien ni merece comentario (lamentable), pero quiero volver a repetir que el tatami es lo peor para dormir! no se como duermen estos ponjas!

Un día visitamos el Templo del Agua de Tadao Ando en Awaji. Nos acompañó la lluvia (por no decir el diluvio permanente) y la llegada fue complicada y cara. El templo tenía lo suyo, pero no alcanzó a mis expectativas y definitivamente la mayoría de las veces la lluvia no ayuda a la percepción de los lugares. Desde ahí arrancamos para Himeji (lo que sería nuestra primera visita). Cuando llegamos conseguimos bicicletas (la municipalidad tiene un servicio de préstamo gratuito y además alquilamos algunas porque no daban para todos). Estuvo muy divertido, eramos una banda (eramos 12), todos copados, tocando la bocinita de la bici... los japoneses estaban todos desencajados. Con nuestro nuevo transporte fuimos al Museo de la Literatura de Tadao Ando, realmente muy lindo aunque lamentablemente no había nada pero absolutamente nada en inglés por lo cual fue una visita más bien de analfabetos. Después anduvimos en los alrededores del Castillo de Himeji (una de esas típicas construcciones japonesas antiguas) y lamentablemente se nos hizo la hora de devolver las bicicletas.


Al día siguiente arrancamos temprano para Kyoto. Por suerte la lluvia nos dio un descanso, pero siguió bastante nublado. En Kyoto sacamos un pase de ómnibus para todo el día y recorrimos algunos puntos interesantes: el templo Daikakuj, el jardín botánico y el Garden of Fine Arts de Tadao Ando (un lugar realmente muy lindo y disfrutable). Después hicimos un intento de llegar a una exposición de Tadao Ando pero después de tres trenes y un ferry llegamos 15 minutos tarde y no pudimos entrar, una pena, pero cosas que pasan. De ahí nos volvimos a la zona de los hoteles donde como forma de "despedida" de Japón, y de festejo de algunos cumples (como el de Flo!), la generación procedió a armar un lindo barullo en la vereda que motivo la llegada de la policía pero que por suerte no pasó a mayores.





El último día en Japón, que para que no sintiéramos nada extraño diluvió todo el día, salimos tempranos de los hoteles y dejamos las valijas en la terminal de Shin-Osaka, desde donde en la tarde salía nuestro tren para Tokyo. De ahí salimos hacia Himeji con el objetivo de liquidar un asunto pendiente de la visita de los días anteriores: dos obras de Tadao Ando dedicadas a los niños (el Museo de los Niños y el Albergue de los Niños). Realmente valió la pena la ida a Himeji y lo mojados que quedamos después de tanta caminata! El almuerzo despedida de Japón, como no podía ser de otra forma, fue en Vie de France, una "panadería" increíble sobre la cual no me acuerdo si ya les conté pero que nos salvó la plata en nuestra estadía en Japón.



En Tokyo tuvimos que pasar la noche en el aeropuerto porque nuestro vuelo para Beijing salía temprano a la mañana siguiente. Un lindo susto se pegaron los ponjas cuando vieron venir a unos 90 uruguayos dispuestos a pasar la noche en el Narita Airport que cierra de noche! Nos explicaron que cerraba el aeropuerto pero finalmente accedieron a dejarnos dormir en un piso. Yo no me puedo quejar ya que dormí unas merecidas 7 horitas acostada en 3 asientos que no me vinieron nada mal.

Sin duda la visita a Japón fue una experiencia increíble. Es una sociedad muy diferente, no solo en el funcionamiento que se observa a simple vista sino también en las básicas, en los valores que están atrás. El trabajo es lo importante, el resto gira en armonía en torno a ello. Entender lo que vimos en Japón es un proceso que se va profundizando a medida que conocemos otras sociedades, otras culturas. Por ahora no tengo mucho más para decir de Japón, pero los japoneses siguen siendo un tema de reflexión en las charlas que van surgiendo entre nosotros. Estando en China, viendo como los chinos no chupan tanto como los japoneses, pero también viendo la "no-perfección" de China frente a la "perfección" de Japón, espontáneamente Cachi comentó "los japoneses deben ser muy infelices". Ya habrá tiempo para entender mejor que fue lo que vimos en Japón.

Monte Aso - Fukuoka

Después de un frustrado y caluroso viaje a visitar algunas obras de Tadao Ando, emprendimos viaje rumbo al Monte Aso un cráter inmenso (el más grande del mundo) que contiene varios volcanes, varios de ellos activos, y también se están formando nuevos volcanes. Después de dos horas de tren (un tren de dos vagones!) llegamos y el último ómnibus para el volcán atracción del momento ya había salido. Previa negociación con los taxistas locales, salimos más de 20 rumbo a nuestro destino en 4 taxis (bien apretaditos!). El lugar es increíble, realmente un paisaje único que hizo merecer la travesía para llegar! Pero esto terminó mejor aún: en el tren de vuelta nos encontramos con una geóloga peruana que hacía seis meses que vivía en la zona y trabaja estudiando el volcán! Nos dio una clase particular del funcionamiento geológico de la zona! Alucinante!! Resulta que lo que hay adentró del volcán era un agua sulfurosa (mi entendimiento no va mucho más allá de eso jeje).

El día, despedida de Fukuoka ya que al día siguiente partíamos para Osaka, se remató con una merecida salida nocturna en la ciudad de Fukuoka muy divertida (que incluyó participación de actores locales jeje).



Antes de cerrar esta entrada quiero hacer una breve referencia al hotel de Fukuoka. En esta ciudad nos separamos mujeres en un hotel y hombres en otro. El nuestro era un hotel "tradicional": tatami, desayuno en el piso y duchas comunitarias. La verdad que muy pintoresco y divertido pero para un par de días porque el tatami (que es básicamente un acolchado en el piso que funciona de cama) mató mi espalda!!





Hirojima

Tras una semana en Tokyo, arrancamos para el sur de Japón. Nuestro primer destino Fukuoka serviría fundamentalmente de base para otros destinos. Viajar en Shinkansen es realmente un placer, y ahora varias semanas después y habiendo viajado por la India y Nepal se valora muchísimo más.


El primer día fuimos a Hiroshima con un día espectacular, de sol pero sin mucho calor. Si bien no tenía muchas expectativas formadas, es extraño llegar a una ciudad que en algún momento literalmente quedó hecha cenizas, y esto no fue hace tanto (unos 65 años). Ni bien llegamos fuimos a visitar el Peace Park, en cuya entrada está el ruinoso Dome, lugar exacto sobre el que fue tirada la bomba (que explotó unos 200 metros sobre la tierra) y donde funcionaba la prefectura. El parque es muy lindo y su principal atracción es el Peace Memorial Museum. Este está organizado básicamente en dos secciones. La primera está dedicada a la historia de la ciudad (y su pasado bélico, el cual desconocía), el proceso por el cual se decidió Hiroshima como punto sobre el cual se tiraría una de las bombas (el papel jugado por algunos científicos en esto), algunas consecuencias generales, la reconstrucción y una de las cosas que más me llamó la atención: cómo se encara hoy el día el tema. La municipalidad de Hiroshima manda cartas a todos los gobiernos que tienen pruebas nucleares para pedirles que las detenga y todas están expuestas en el museo: la última carta era de mayo, a Corea del Norte. La segunda parte del museo está dedicada a la bomba, ese día y sus consecuencias inmediatas y no tan inmediatas. La explosión tuvo 2 kms de radio que quedaron literalmente hechos cenizas (todo se quemó), inmediatamente hubieron 2 millones de muertos y las consecuencias no inmediatas sobre la calidad de vida de la gente incalculables. Esta parte del museo es bastante más fuerte, incluye pertenencias y partes de las víctimas, muchas de las cuales llegaron a morir a sus casas después de fuertes quemaduras. Entre las cosas expuestas hay una piedra con una "sombra": era el escalón de la entrada de un banco muy cerca del Dome sobre la cual esperaba sentada una mujer que desapareció. Todo es muy removedor, pero lo más interesante de todo esto es que uno no se queda con una sensación de reclamo de "somos los buenos y ellos los malos y nos hicieron esto", sino que en todo momento se intenta apuntar hacía un "mantenerlo en la memoria para que no pase nunca más, ni acá ni en ningún lado". Sin duda un punto alto del viaje.


Tras una mañana fuerte por ponerlo de alguna manera, nos dirigimos hacia Mijiyama, una isla con un paisaje espectacular que alberga un templo muy particular. Llegamos vía ferry, auspiciado por nuestro querido Japan Rail Pass, caminamos un rato y después nos tiramos un buen rato en la playa... estamos todos necesitados de naturaleza! Tokyo fascinante, pero aparentemente nos dejó a todos abrumados de arquitectura. El cierre del día "Hiroshima" fue con una cena espectacular en un "restaurante" italiano muy en precio en dicha ciudad.




martes, 16 de junio de 2009

Fotos!

Buenas! En picasa colgué fotos (se accede por el link a la derecha) pero aún me falta un poquito para ponerme al día con la escritura! Por ahora dejo las imágenes!